Por: Alejandra Ortega Rodríguez
- DESALENTADOR PANORAMA PARA MICHOACÁN
Los últimos gobiernos estatales de Michoacán, de Víctor Manuel Tinoco Rubí, Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel, cuando menos, se han quedado cortos en cuanto a las expectativas que en su momento generaron. Sin embargo, si de ver hacia el futuro se trata, nos encontramos con un panorama verdaderamente desalentador.
Cada candidato a gobernador nos ha ofrecido solución a los problemas más complejos que en la entidad se atraviesan desde hace muchos años, pero ninguno ha sido capaz de resolverlos. Por el contrario, estamos cada vez peor en materias como la educación, el desarrollo rural, la infraestructura, el transporte, seguridad y muchos más.
Ahora bien, si analizamos cuáles son los antecedentes y las trayectorias de aquellos que desde hace ya mucho tiempo se perfilan para buscar la gubernatura de Michoacán, pues queda más que confirmado que el panorama es francamente aflictivo para Michoacán.
Si comenzamos por el partido en el poder, el PRD, que ha fracasado de manera rotunda en sus dos administraciones, el más aventajado en la búsqueda del gobierno del estado es el senador Silvano Aureoles Conejo, a quien mucho le interesa que los michoacanos se olviden de su pasado.
Yo me pregunto, ¿cómo va a resolver los problemas de Michoacán un personaje cuya primera acción notoria fue defraudar a los mineros de Angangueo que pusieron en sus manos el patrimonio de sus familias?
Tal vez muchos ya no lo recuerden, pero el segundo hecho por el que se hizo famoso este personaje fue por aprovechar su relación sentimental con la ahora senadora Claudia Corichi García, hija de la lideresa nacional del Foro Nuevo Sol, después dirigente nacional del PRD y ahora gobernadora de Zacatecas, Amalia García Medina. De esa forma, obtuvo su primera diputación federal, de la que juró no renunciaría para buscar otro puesto.
La mayoría de los políticos no tienen palabra y Silvano es de esos, solicitó licencia al cargo de diputado para buscar la alcaldía de Zitácuaro; como candidato se negó a hacerse el examen antidoping al que sus contrarios lo retaban, se comprometió ahora ante notario a concluir su encargo de tres años como presidente municipal y ya como alcalde dejó al municipio endeudado antes de solicitar licencia para irse a la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedagro) en el gobierno de Cárdenas Batel.
Ahí la Auditoría Superior de Michoacán (ASM) le detectó observaciones inicialmente por más de 200 millones de pesos, que después desaparecieron como por arte de magia, y ahora, como senador de la República, ha hecho más trabajo mediático que de fondo. Esa es la más viable carta para la gubernatura por el partido del sol azteca.
Entre el resto de los aspirantes a la candidatura por el PRD se encuentran el secretario de Gobierno, Fidel Calderón Torreblanca, de quien acabo de mencionar todo su currículum y trayectoria política, y el diputado local, ex diputado federal y ex secretario de Gobierno, Enrique Bautista Villegas, quien no cuenta con la ventaja que en Michoacán da el apellido Cárdenas. Pues para los michoacanos no es lo mismo ser cardenista, que apellidarse Cárdenas.
Asimismo, se habla con menos posibilidades del ex dirigente estatal del PRD, ex alcalde de Tumbiscatío, ex diputado local, ex diputado federal en dos ocasiones y ex senador de la República, Antonio Soto Sánchez, quien por primera vez en muchos años dejó de cobrar con cargo al erario público y lo está resintiendo, porque sus continuos comentarios y apariciones no tienen para nada la notoriedad de antes.
Si estos últimos aspirantes tienen escasas posibilidades, en el resto de los que se han apuntado no vale siquiera la pena gastar tinta.
Por lo que se refiere al Partido Acción Nacional (PAN), hasta el momento los más viables son el senador Marko Cortés Mendoza; la secretaria de Elecciones de la dirigencia estatal, Luisa María Calderón Hinojosa; y, el secretario de la Función Pública del gobierno federal, Salvador Vega Casillas.
En este sentido, a pesar de contar con mucho apoyo de panistas y no panistas en el estado, Marko Cortés aún tiene una escasa trayectoria política, en la que sólo ha sido secretario estatal de Acción Juvenil, diputado federal sin concluir el cargo y ahora senador de la República.
En tanto, Luisa María Calderón, quien ha sido diputada local, diputada federal y senadora de la República, tiene la enorme desventaja de ser hermana del Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, lo que en automático haría que se le calificara como una imposición o que se especulara de presuntos desvíos de recursos federales, como ya lo ha hecho anteriormente la dirigente estatal del PRD, Fabiola Alanís Sámano.
Por su parte, Salvador Vega podría ser una muy buena opción para la gubernatura, con la salvedad de que tuvo la oportunidad de construir una estructura de apoyo fuerte y con liderazgo a partir de su participación en el respaldo a un candidato a la dirigencia estatal del PAN en la elección pasada, oportunidad que dejó pasar y difícilmente se le volverá a presentar.
Ha sido diputado local, diputado federal, subsecretario de la Función Pública y actualmente titular de la misma dependencia federal, pero sin el apoyo de la militancia panista sería complicado que pudiera conseguir la candidatura deseada.
Pasando al Partido Revolucionario Institucional (PRI), el alcalde de Morelia, Fausto Vallejo Figueroa, es la carta fuerte, pero cada vez más débil. En su cuarta oportunidad al frente de la comuna moreliana, se esperaba que la experiencia adquirida diera para más, pero en los hechos son muchos los habitantes de la capital del estado que están decepcionados de su gestión.
Si a eso le sumamos que Morelia es el punto fuerte de Fausto Vallejo, político de carrera y quien en su vida no ha hecho otra cosa que política, pues entonces ya nos imaginamos lo que le depara en el interior del estado, donde ya tuvo la amarga experiencia de irse al tercer lugar en la elección por el Senado de la República en 2006.
Sobre los funcionarios municipales faustistas pesan muchos señalamientos de corrupción, que incluso han alcanzado al propio alcalde en algunos momentos. La mayoría de su gestión ha sido más mediática que de hechos, como lo hacen los políticos modernos. Entonces su viabilidad es limitada y sus posibilidades reales se reducen.
Entre los políticos priístas, uno de impecable trayectoria, aunque no ha mencionado tener interés por la gubernatura, es Jaime Rodríguez López, ex alcalde de Penjamillo, dos veces diputado federal y actualmente diputado local por segunda ocasión, sin contar su paso por la dirigencia estatal del PRI y su gestión como titular de la Sedagro en el gobierno de Tinoco Rubí.
El “Vale” tiene una carrera sólida, fue coordinador de la precampaña de Arturo Montiel Rojas en Michoacán y, por lo tanto, tiene muy buena relación con Enrique Peña Nieto, de lo que Fausto Vallejo no puede presumir, sin embargo, no cuenta con grupo propio al interior del tricolor y a la larga eso le puede pesar.
Además, el ex senador J. Ascención “Chon” Orihuela Bárcenas tiene interés, pero la detención de su sobrino Antonio Ixtláhuac Orihuela en “el michoacanazo”, le restó ímpetu al trabajo que venía realizando.
Por cierto, que la reciente liberación de Antonio Ixtláhuac y su reinstalación como alcalde de Zitácuaro ha hecho que algunos de sus simpatizantes lo pretendan impulsar a al gubernatura, lo que tampoco parece viable, pues sólo ha sido un diputado local intrascendente y un alcalde con corto e interrumpido periodo de gestión.
También hay quienes hablan del ex diputado local, ex diputado federal en dos ocasiones, ex dirigente estatal del PRI, ex candidato a gobernador y líder de grupo, Jesús Reyna García, pero la elección pasada lo castigó severamente, por lo que se menciona que él podría tratar de impulsar al ex alcalde de Morelia, Salvador Galván Infante, de triste memoria entre los morelianos por su pésima administración.
Y acerca de la presunta precandidatura de Víctor Silva Tejeda, quien ha sido diputado local y federal hace ya muchos años, de no ser por los compendios de trabajo legislativo y alguna que otra publicación periodística, la gran mayoría de los michoacanos menores a los 35 años de edad ni lo conocen.