Por: Alejandra Ortega Rodríguez
- La educación en manos de mercenarios
La educación pública en el país, pero particularmente en estados como Oaxaca y Michoacán, cae irremediablemente al vacío y no parece haber algo o alguien que sea capaz de detenerla en su acelerado descenso.
Hoy por hoy, en pleno mes del maestro, cuando los mexicanos deberíamos estar recordándolos y reconociéndolos como parte fundamental en la tarea mas importante para el país que es la de educar a los niños y jóvenes, los profesores aprovecharon para tomarse un largo puente, aunque muy forzado de casi una semana sin clases para festejarse ellos mismos, como si su ardua tarea en las aulas les haya dado ese derecho.
En otros tiempos, el día del maestro se celebraba en los salones de clases, los propios alumnos preparaban el festejo y llevaba cada uno un obsequio para agradecer el esfuerzo y la noble tarea de sus profesores. Cuentan los más adultos, que los 15 de mayo los maestros tenían que ser recogidos por familiares en sus vehículos, pues la enorme cantidad de obsequios que recibían les hacía imposible caminar o ir solos a sus casas.
Ahora, la diferencia es abismal, parece que los profesores sólo buscan cualquier motivo, por ridículo que parezca, para ausentarse de las aulas, sin importarles el atraso que puedan sufrir sus alumnos en el seguimiento del programa escolar.
Más allá de lo que digan en sus constantes marchas y manifestaciones contra el que ellos llaman gobierno neoliberal, los profesores mexicanos se han convertido, paradójicamente, en los más constantes, los más frecuentes, los más perseverantes, los más exitosos promotores de la educación privada y de la desaparición de la educación pública en nuestro país, estos docentes que son pagados por todos los mexicanos, a través de los gobiernos federal y estatal.
Es así como nuestros profesores mexicanos están creando todo una generación de niños y jóvenes ignorantes, desorientados y que serán profesionistas incompetentes con la flojera y el desorden como ejemplo de trabajo.
El futuro de esta generación es previsible, serán quienes trabajen para los grandes capitales nacionales y extranjeros y sean explotados en sus maquiladoras con sueldos miserables.
Qué curioso, porque los discursos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) hablan de mejorar la educación, de oponerse al sistema capitalista y muchas otras cosas que en la práctica son simple y llanamente letra muerta.
Pero eso sí, nuestro flamante magisterio democrático tiene una enorme conciencia social y una considerable solidaridad global. Les han metido a muchos profesores en la cabeza que están en el magisterio no para educar a las niñas y los niños mexicanos, sino para algo mucho más importante, para arreglar los problemas del mundo a su parecer y conveniencia.
Como ejemplo, en pasados días resurgió en Oaxaca el conflicto magisterial encabezado por la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca (APPO), quienes prácticamente ha paralizado de nueva cuenta a la educación pública en ese estado y decretaron un paro masivo regional de 21 días, que afectó a más de 13 mil 500 planteles educativos y a más de un millón de alumnos, todo ello orquestado por el recién liberado líder y delincuente Flavio Sosa.
En Michoacán la situación no es muy diferente, el pasado 15 de mayo, precisamente durante la conmemoración del Día del Maestro, Artemio Ortiz Hurtado, uno de los personajes más nefastos que dirige al magisterio en la entidad, decretó un paro nacional indefinido para manifestarse en contra de la iniciativa de reforma energética del gobierno federal, contra el alza a los precios de la canasta básica, contra las políticas del gobierno neoliberal, y hasta contra la intervención del gobierno colombiano en Ecuador.
Con líderes como este, en la entidad vamos a pasos acelerados hacia una situación muy similar a la de Oaxaca. Y a todo esto, se suma la posición ambigua y timorata del gobierno del estado, cuya titular de la Secretaría de Educación en el Estado (SEE), Aída Sagrero, no ha podido, a casi 100 días de iniciada la administración estatal, siquiera despachar más de tres días en sus oficinas.
El hecho de que ella haya sido por muchos años miembro del Comité Ejecutivo Seccional de la CNTE en Michoacán, no le ha bastado para evitar que sus propios compañeros de sindicato le mantengan tomadas sus oficinas, con la exigencia de que ponga su renuncia sobre la mesa.
A todas luces, al gobierno estatal le conviene mantener al magisterio dividido, y ya no sólo entre democráticos e institucionales, porque ambos grandes grupos ya tienen en su interior también fracturas que podrían terminar por dividirlos aún más.
Pero alguien debería jalarles las riendas a los profesores faltistas, para que recuperen la cordura.Al menos inicialmente, el llamado de Artemio Ortiz no tuvo el eco que se esperaba.
En los primeros días, sólo el 30 por ciento de los planteles educativos en Michoacán, paró labores como lo indicó el líder de la corriente democrática. Pero en el colmo del cinismo, el dirigente magisterial insiste en su llamado y confía en que paulatinamente se irán sumando más escuelas hasta prácticamente paralizar el sector educativo en la entidad y además, como una burla hacia los padres de familia michoacanos, afirma que las niñas y los niños no se verán afectados por el paro indefinido, porque de todos modos las clases ya habían terminado.
De acuerdo con el calendario escolar aprobado para este año, las vacaciones de verano comenzarían hasta finales de junio o principios de julio. Por lo que no se explica lo absurdo y lo desafortunado de las declaraciones de Ortiz Hurtado.
Y por si todo lo anterior no fuera suficiente, la educación pública en México debe enfrentar problemas también de otras índoles, como el hecho de que la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Josefina Vázquez Mota, y la lideresa virtual del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo Morales, tengan conflictos de intereses y problemas hasta personales que no les permiten avanzar en proyectos que realmente beneficien a la niñez y a la juventud mexicanas.
Sombrío panorama para la educación, tanto en México y Michoacán. Menos mal que tarde o temprano las nuevas generaciones de mexicanos desempleados, desarraigados, mal pagados, delincuentes y encarcelados, sabrán que sus sacrificios contribuyeron a las muy nobles causas de una corriente de maestros revolucionarios.