- EL PENOSO COMIENZO DE LA 71 LEGISLATURA
El Congreso del Estado es la caja de resonancia de todo lo que ocurre en Michoacán. En esa institución se encuentran representados los 24 distritos electorales y siete de las ocho fuerzas políticas con presencia en la entidad. Por consecuencia lógica, el Poder Legislativo es el reflejo de todo lo que hacemos y lo que nos pasa en la vida cotidiana a los michoacanos.
Así, en la que es conocida como la “casa del pueblo”, donde se cocina gran parte de la vida política, nos encontramos con diversas problemáticas, dificultades, vicisitudes y hasta ocurrencias, que de manera directa o indirecta inciden de una forma muy importante, tanto de manera positiva como negativa, en la vida de todos los habitantes de este estado.
La 71 Legislatura local ha transitado por sus primeros ocho meses, todavía ni siquiera la cuarta parte de los cuatro años que tendrá de ejercicio, y ya ha generado una serie de conflictos y situaciones que han puesto en duda su credibilidad, así como la capacidad y honestidad de nuestros representantes populares.
Entre estos asuntos se encuentran en particular algunos que han llamado la atención por las implicaciones que tienen en cuanto a la probidad y conocimiento de sus atribuciones por parte de nuestros diputados locales de todos los partidos, como el caso del escándalo por la falta de transparencia y malos manejos en el presupuesto que maneja la Coordinación de Comunicación Social para destinar a convenios publicitarios con los medios de comunicación.
De acuerdo con la Ley Orgánica y de Procedimientos del Congreso del Estado, existe un Comité de Comunicación Social conformado por diputados que entre sus funciones tiene la de aprobar las estrategias de medios por parte del Poder Legislativo.
Sin embargo, hace unas semanas se hizo pública una lista que contiene las cantidades que se destinan a los diversos medios de comunicación, un listado que en lugar de dejar en claro los criterios para la contratación de espacios publicitarios sembró muchas dudas sobre el manejo y la distribución de los más de 5 millones de pesos que se aprobaron para ese efecto en este año.
Algunos medios, inconformes con las inexplicables disparidades, infirieron que aquellos periódicos, televisoras y programas de radio que apoyaron a Laura Yadira Marín Rosas para que permaneciera al frente del área son precisamente los más beneficiados con el reparto que se hizo, pues mientras la mayoría de los periódicos de circulación estatal reciben alrededor de 31 mil pesos mensuales, a uno en particular se le otorgan 222 mil pesos mensuales, cifra que no equivale en nada al tiraje, distribución y penetración de cada uno de esos medios.
En tanto, la casa televisora por cable de la que la comunicadora fue parte, tiene un contrato de 200 mil pesos, mientras que otra empresa del ramo que tiene cobertura estatal y antena aérea, lo que implica un mayor auditorio, recibe sólo la cuarta parte de eso.
Lo delicado y criticable de este caso es que los diputados integrantes del Comité de Comunicación Social, Macarena Chávez Flores, Antonio Cruz Lucatero y Epigmenio Jiménez Rojas, obligados por la ley a aprobar las estrategias de comunicación y a garantizar la transparencia en el manejo de los recursos, no conocieron ese listado hasta que apareció en un diario estatal y en portales de internet.
No conforme con eso, la presidenta del Comité reconoció que el listado es real y que no tuvieron conocimiento del procedimiento que se siguió para distribuir el presupuesto de esa área, cuando se supone que ese equipo de trabajo es precisamente el encargado de delinear las estrategias para que la difusión de las acciones y los logros del Congreso del Estado se haga de forma eficiente, efectiva y transparente.
Para este año, el presupuesto de los convenios para los medios de comunicación fue autorizado por la Junta de Coordinación Política, según reconocieron los coordinadores parlamentarios del PRD y del PRI, Raúl Morón Orozco y Wilfrido Lázaro Medina, respectivamente.
Sin embargo, ambos diputados admitieron que desconocen los criterios que aplicó la que fuera coordinadora de Comunicación Social con la70 Legislatura, la de peor imagen en toda la historia de Michoacán. Eso deja mucho que desear sobe nuestros diputados locales.
Entre otros temas controvertidos que están vigentes en el Congreso del Estado se encuentra la iniciativa de Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, tema impulsado por la diputada perredista Gabriela Molina Aguilar y la secretaria de la Mujer del Ejecutivo Estatal, Cristina Portillo Ayala.
Todos, o casi todos, en Michoacán estamos de acuerdo en que se deben proteger los derechos de las mujeres, pero con el argumento de que existe una Ley General en la materia a nivel nacional y que casi todos los estados del país ya cuentan con sus respectiva legislación, ambas perredistas pretendían la aprobación ipso facto de la mencionada propuesta, que no es más que una copia fiel de la norma federal.
En la Comisión de Grupos Vulnerables, Equidad y Género todas las integrantes, perredistas, panistas y priístas, estaban de acuerdo en aceptar los argumentos, sobre todo porque se les dijo que de no aprobarse a la brevedad la nueva ley se corría el riesgo de perder los 3.2 millones de pesos asignados por el gobierno federal para Michoacán con el objetivo de implementar programas de protección a las féminas.
A sólo unos días de la presentación del dictamen de la iniciativa tuvo que llegar el coordinador parlamentario del PAN, Francisco Morelos Borja, a hacer una serie de observaciones a la propuesta, a la vez que reconvino a las panistas Macarena Chávez y Lourdes Torres Vargas, que ingenuamente no se habían percatado de lo que en apariencia el proyecto trae de fondo.
Para el líder de la bancada panista, la iniciativa de Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia es discriminatoria del resto de la sociedad, porque es de aplicación exclusiva al beneficio de ese sector de la población, dejando fuera otros grupos que también son susceptibles de padecer violencia, particularmente los grupos vulnerables de la población, como ancianos, niños, discapacitados, entre otros.
Efectivamente, la mayoría de los congresos locales han aprobado las iniciativas de ley en la materia, simplemente como copias de la Ley General, pero porque aparentemente han caído en el juego de quienes la han impulsado con el argumento de que si no entra pronto en vigor se perderán los millonarios recursos federales.
Pero para nadie es un secreto que estamos entrando a un proceso electoral en el que habría que analizar todo el entorno para darse cuenta de que la intención es no sólo recibir recursos del gobierno federal, sino hasta de organismos mundiales como el Fondo Monetario Internacional, que promueven esta clase de iniciativas en todo el orbe. En resumen, recursos frescos que bien podrían ser empleados para las campañas del próximo año.
Sólo así se explica tanta desesperación de algunas políticas por aprobar a la brevedad esta propuesta en los términos que se encuentra, aún a sabiendas, porque ya se les aclaró, que los recursos federales no están en riesgo si en el transcurso de este año Michoacán armoniza su legislación local con la federal. Es decir, que bastaría con que se adecúe algún ordenamiento legal de los ya existentes para que el estado hubiera cumplido con el requisito.
Otro asunto que está causando mucha polémica es la ampliación presupuestal que se autoaprobó el Congreso del Estado por el orden de los 66 millones de pesos con el objetivo de cubrir una serie de gastos en los que ya se incurrió o se comprometió la 71 Legislatura, así como el anteproyecto de presupuesto para el ejercicio fiscal 2009 por 444 millones de pesos que también ya se aprobaron y que podrían ser ratificados en los próximos meses.
Los primeros 66 millones de pesos se suman a los 288 millones que la anterior Legislatura aprobó en su momento para este año. Es decir que los recursos por ejercer para este año por el Legislativo ascenderán por primera vez a 354 millones de pesos, cuando en 2007 rondaron los 320 millones, también después de dos ampliaciones presupuestales que sumaron poco más de 60 millones de pesos.
Con esa dinámica de incrementos que se ha autorizado el Congreso cada año desde hace varios ejercicios fiscales, no es de extrañar que esta vez también haya ocurrido, lo criticable es que en esta ocasión se incluyan en el presupuesto gastos como el pago de sueldos a una nómina inflada que contiene en sólo unos meses a 101 trabajadores más que aquellos con los que cerró la anterior Legislatura, así como el pago de vehículos de lujo para cada grupo parlamentario y gastos de gestión ya ejercidos por varios diputados.
Lo más criticable es que haciendo alarde de sus atribuciones como el Poder del Estado encargado de aprobar los presupuestos, se hayan autorizado recursos por 444 millones en los que los diputados incluyen otra vez los sueldos y honorarios de los 101 trabajadores que tienen de más, entre los que se encuentran muchos que son amigos y familiares, así como incrementos en los gastos de gestoría, que ahora denominan “atención ciudadana”, desde los 25 mil hasta los 40 mil pesos mensuales, según ha trascendido.
Y eso no es todo, había propuestas descabelladas como la del diputado Antonio Cruz Lucatero la cual pretendía que los recursos para gestión se elevaran hasta los 120 mil pesos al mes, porque según el representante popular, hay secretarios de estado que cuentan con mucho más recursos y no fueron electos por el pueblo.
Por eso se entiende que a la hora de las postulaciones los partidos y los políticos se aferran por obtener las mayores y mejores posiciones posibles, porque está visto que ya en esos puestos, nuestros legisladores aspiran a obtener ganancias que les permitan vivir bien por el resto de sus vidas.
La 71 Legislatura apenas comienza y estos son sólo ejemplos de muchas cosas que han ocurrido y un ejemplo de las malas decisiones que se toman en la institución, en ocasiones por desconocimiento y otras veces por mala fe y por personas que abusan de su posición. Y si este es el inicio de un periodo de cuatro años, ya podremos imaginar lo que nos resta por ver a los michoacanos.